El libro aborda el impacto negativo del uso excesivo de agroquímicos en el control de enfermedades fúngicas del suelo, proponiendo el uso de hongos benéficos como Trichoderma spp. como alternativa para reducir la aplicación de fungicidas químicos y mitigar el daño ambiental y en la salud de los consumidores.
José Fco. Díaz Nájera Books


Los hongos Gibberella zeae y Gibberella fujikuroi causan pudrición en maíz y son tóxicos por las fusariotoxinas que producen. Estas micotoxinas afectan gravemente a animales y humanos, provocando problemas de salud como náuseas, vómitos, daño en órganos y graves complicaciones reproductivas.