Opiniones de un payaso

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Entre payasos nos entendemos: Existen autores que son capaces de contar con crudeza una historia trágica y al mismo tiempo poseer sentido del humor. Autores que son capaces de llevarte de un punto al otro, sin freno, ágilmente, sin rodeos. Así ocurre con el alemán Heinrich Böll (1917-1985) en su novela Opiniones de un payaso (1963), Editorial Seix Barral. Opiniones de un payaso es una novela relativamente corta: 253 páginas. Escrita en primera persona, en donde la voz principal pertenece a Hans Schnier, un joven payaso de profesión, apolítico, agnóstico, que la vida comienza a jugar en su contra: su carrera comienza a ir en picada, le queda poco dinero, pocos amigos, su salud y el ánimo comienza a flaquear —el ánimo no siempre—, se aloja en un hotel, se encuentra solo, su cabeza comienza a desvariar más de lo estrictamente necesario, sus opiniones no sufren censura y aunque no es un lengualarga —al menos no uno malicioso— suele molestar a los demás. Y para rematar, su mujer, Marie, le ha dejado. Con Marie todo sería diferente, pero ella le ha dejado por todo lo antes mencionado y otras pequeñas razones. Las otras pequeñas razones tienen que ver con la rígida —incluso frígida— moral social en la cual ubica Böll a su payaso: en una Alemania de la posguerra, una Alemania nacionalsocialista, antes del Muro de Berlín, una sociedad escrupulosa, de efervescencia seudo-religiosa —católica y protestante—, en donde pareciera que lo natural es lo indebido. Siendo Böll un católico ferviente se sintió obligado a retratar y criticar la hipocresía y perversión de los representantes eclesiásticos —que además se interesaban en posiciones políticas y artísticas— en una Alemania de arrepentimiento fingido ante los estragos del nazismo. Böll lo logra mediante la voz de Schnier, que fluye entre reflexiones, charlas, memorias de su infancia y adolescencia y conversaciones telefónicas en busca de ayuda; dándose casi siempre de topes ante personas eufemísticas —casi siempre—. Autor de otras obras como El tren llegó puntual (1949), Y no dijo ni una sola palabra (1953), Casa sin amo (1954), Retrato de grupo con señora (1971), El ángel callaba (póstuma 1992), fue galardonado con el Nobel de Literatura en 1972, es considerado en Alemania como un emblema de la literatura de posguerra, también llamada “literatura de escombros”. Böll logra en esta novela un discurso melancólico pero a su vez divertido, irónico, crudo y al mismo tiempo enternecedor. Una lectura que nos recuerda que el payaso por ser payaso, por hacernos reír, no significa que lleve una vida de miel y muchos colores.